Hay varias formas de conocer El Callao. La más sencilla es hacer un recorrido por sus innumerables calles, plazas, parques, monumentos históricos, playas y atractivos. Pero eso, en verdad, es solamente un conocimiento aparente, superficial, una revisión territorial de su espacio y lugar. El Callao es otra cosa. O mejor dicho son muchas cosas más.
Por un lado, casi nunca cumplida por nuestros ‘representantes’ -aunque parezca increíble-, es tener una noción clara de su origen y naturaleza como ciudad, como Provincia Constitucional. ¿Cómo se formó? y ¿bajo qué circunstancias? Es decir, haber analizado desde sus inicios, su proceso histórico.
Por otro lado, el menos explorado, aunque en verdad, el más importante, es saber que, el Callao es su gente. Y cuando digo esto, no me estoy refiriendo a cifras, números o a los escuetos datos que se consignan en el Registro Civil, el Reniec o el Jurado Nacional de Elecciones. Me refiero esencialmente a esa masa de hombres, mujeres, jóvenes y niños chalacos que forman parte de este recipiente multiétnico, en donde confluyen todas las sangres de nuestra sociedad y en el que el sentimiento de pertenencia cada vez se hace más fuerte. El Callao es la suma de todos los chalacos.
Hay algo en la conjunción de ese Callao y de sus hijos, de sus sueños y esperanzas, que hoy llena mi alma como en un día de fiesta. ¡Feliz 174º Aniversario Callao!