20 de agosto de 2010

¡Feliz Aniversario Callao!

Hay varias formas de conocer El Callao. La más sencilla es hacer un recorrido por sus innumerables calles, plazas, parques, monumentos históricos, playas y atractivos. Pero eso, en verdad, es solamente un conocimiento aparente, superficial, una revisión territorial de su espacio y lugar. El Callao es otra cosa. O mejor dicho son muchas cosas más.
Por un lado, casi nunca cumplida por nuestros ‘representantes’ -aunque parezca increíble-, es tener una noción clara de su origen y naturaleza como ciudad, como Provincia Constitucional. ¿Cómo se formó? y ¿bajo qué circunstancias? Es decir, haber analizado desde sus inicios, su proceso histórico.
Por otro lado, el menos explorado, aunque en verdad, el más importante, es saber que, el Callao es su gente. Y cuando digo esto, no me estoy refiriendo a cifras, números o a los escuetos datos que se consignan en el Registro Civil, el Reniec o el Jurado Nacional de Elecciones. Me refiero esencialmente a esa masa de hombres, mujeres, jóvenes y niños chalacos que forman parte de este recipiente multiétnico, en donde confluyen todas las sangres de nuestra sociedad y en el que el sentimiento de pertenencia cada vez se hace más fuerte. El Callao es la suma de todos los chalacos.
Hay algo en la conjunción de ese Callao y de sus hijos, de sus sueños y esperanzas, que hoy llena mi alma como en un día de fiesta. ¡Feliz 174º Aniversario Callao!

13 de agosto de 2010

A propósito de un nuevo Aniversario



Los periodistas corremos el riesgo de creer que sólo las ‘autoridades’ tienen algo que decir y que sólo es importante lo que ellos hacen o piensan. Tanto es así que únicamente prestamos atención a las declaraciones de algunos “personajes”, condenando al silencio la voz de miles de mudos, de aquellos que no tienen posibilidad de ofrecer a los demás su propia palabra.
El Callao, que se prepara a celebrar 174º años de Autonomía Política, es conocido por miles y miles de personas. Tal vez millones, pero pocos han tenido la ocasión de confrontar directa y personalmente sus misterios, sus contrastes y paradojas. Esta semana decidí hacerlo.
Sentí el 'bichito' de la vocación, cogí mi chaleco, una mochila y me interné en una extensa zona agrícola denominada El Ayllu. Un pueblo jóven ubicado exactamente a espaldas del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, y me llevé tamaña sorpresa. Progreso y retroceso juntos.
La realidad de El Ayllu impacta. Es un pueblo chalaco aferrado a sus raíces y que se resisten a desaparecer a pesar de que sufren la peor de las postergaciones y su condición actual es la de: 'erradicables'. Un insólito acuerdo entre el Estado y la empresa administradora del aeropuerto Lima Airport Partners (LAP), planean construir en esa zona la segunda pista de aterrizaje, concretando allí su plan de 'modernización y progreso' dizque 'para el beneficio de todos los peruanos'.
El Ayllu tiene una mistica especial y es que a pesar de estar inmersa en la 'modernización' del Callao tiene toda la esencia de un pueblito de provincia. Si su presente y futuro son inciertos, su pasado, al menos, resulta muy claro: son descendientes de los trabajadores de 'San Agustín' una de las haciendas que al igual que, Márquez, Bocanegra, Taboada, Santa Rosa y Oquendo, se dedicaban al cultivo de caña de azúcar, maíz y algodón hasta los inicios del siglo XX.
Décadas de abandono, indiferencia y exclusión han hecho de El Ayllu un lugar donde ‘no vive nadie’, donde las voces son tan pocas que son pisadas, donde no existe agua potable ni alcantarillado, en donde no hay desagüe ni vías asfaltadas. Un pueblo consumido por sus propios recuerdos y el triste olvido. El retraso viene de la mano de quien se supone debería protegerlos: El Estado, que ignora por completo la existencia de las más de 600 familias que hoy viven en El Ayllu.
Un completo informe sobre la angustia con la que viven nuestros hermanos de El Ayllu será publicado pronto en un nuevo medio de circulación regional y solo espero que sirva para que podamos reflexionar y conocer una realidad que busca ser cambiada y que debería ‘tocarnos’ a todos, al menos cuando estamos cerca de un nuevo Aniversario del Callao. Estemos atentos.

10 de agosto de 2010

El Circus de los Candidatus




Imaginemos que se inventa la máquina para leer la mente ajena, y resulta de pronto posible conocer las motivaciones y los deseos más íntimos de alguien que ‘nos palabrea’ desde un pulpito o desde un estrado. La política cambiaria radicalmente y los políticos –en especial los candidatos- tendrían que reducir a cero la distancia que han tenido entre lo que dicen y lo que en realidad persiguen.
Más de 600 mil chalacos concurrirán este 03 de octubre a participar en los comicios regionales y municipales, para elegir entre los más de 1,000 candidatos que pugnan por ocupar el sillón de regidores, consejeros, alcaldes o presidente regional.
Actores, salseros, peloteros, comerciantes y otros ‘personajes’, absolutamente desconocidos -sin oficio ni beneficio-, se empeñan diariamente, con uñas y dientes, por obtener un lugar, si no en la historia del Callao, al menos en las oficinas de alguno de sus municipios o del gobierno regional.
¿Qué hay detrás del tan mentado afán por servir a la comunidad? Difícil de saber, aunque siempre hay pistas o maneras de intuir hacia a donde apuntan ciertos candidatos. Sobre todo cuando se ve que a última hora a más de uno le da lo mismo estar en una lista o en otra, y terminan cambiando de camiseta como si nada hubiera pasado. O cuando se ve que listas completas llegan a inscribirse sin reunir los mínimos requisitos básicos estipulados por ley. O cuando un ‘perfecto conocido’ aparece como candidato en un distrito que, todos sabemos, no es el suyo.
No se ha inventado aún la máquina para leer la mente ajena, pero, como digo, siempre hay pistas, hay indicios y en muchos casos evidencias directas de lo que muchos persiguen. Al respecto, nunca pierde vigencia esa famosa sentencia bíblica por la cual a las personas se les conoce por sus frutos. Entonces habría que desconfiar, en primer lugar, de quienes nunca han hecho nada por su distrito y sus vecinos, o los que lo hacen con gran despliegue publicitario y solo en época electoral. O peor aún, de los que nunca han vivido en el lugar al que postulan.
Parece imposible –por lo menos en estos últimos días- desmontar el circo, del oportunismo, de la improvisación y del afán de lucro que se manifiesta cada día con más notoriedad y alejarlo de algo tan importante y decisivo como es la elección democrática de nuestras autoridades. El espectáculo, por otro lado, anima diversos grados de ánimo. A veces da pena -mucha pena-, otras veces genera risa y por lo general carcajadas (como todo buen circo).
Pero no hay que olvidar que toda regla tiene excepciones y que nunca se debe generalizar. Separemos entonces la paja del buen trigo y tengamos bien presente que las personas que salgan elegidas tendrán en sus manos la posibilidad – que muchos han desperdiciado- de cambiar el rostro de su barrio o comunidad o de buscar el desarrollo de su zona y la del Callao en general.