Los periodistas corremos el riesgo de creer que sólo las ‘autoridades’ tienen algo que decir y que sólo es importante lo que ellos hacen o piensan. Tanto es así que únicamente prestamos atención a las declaraciones de algunos “personajes”, condenando al silencio la voz de miles de mudos, de aquellos que no tienen posibilidad de ofrecer a los demás su propia palabra.
El Callao, que se prepara a celebrar 174º años de Autonomía Política, es conocido por miles y miles de personas. Tal vez millones, pero pocos han tenido la ocasión de confrontar directa y personalmente sus misterios, sus contrastes y paradojas. Esta semana decidí hacerlo.
Sentí el 'bichito' de la vocación, cogí mi chaleco, una mochila y me interné en una extensa zona agrícola denominada El Ayllu. Un pueblo jóven ubicado exactamente a espaldas del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, y me llevé tamaña sorpresa. Progreso y retroceso juntos.
La realidad de El Ayllu impacta. Es un pueblo chalaco aferrado a sus raíces y que se resisten a desaparecer a pesar de que sufren la peor de las postergaciones y su condición actual es la de: 'erradicables'. Un insólito acuerdo entre el Estado y la empresa administradora del aeropuerto Lima Airport Partners (LAP), planean construir en esa zona la segunda pista de aterrizaje, concretando allí su plan de 'modernización y progreso' dizque 'para el beneficio de todos los peruanos'.
El Ayllu tiene una mistica especial y es que a pesar de estar inmersa en la 'modernización' del Callao tiene toda la esencia de un pueblito de provincia. Si su presente y futuro son inciertos, su pasado, al menos, resulta muy claro: son descendientes de los trabajadores de 'San Agustín' una de las haciendas que al igual que, Márquez, Bocanegra, Taboada, Santa Rosa y Oquendo, se dedicaban al cultivo de caña de azúcar, maíz y algodón hasta los inicios del siglo XX.
Décadas de abandono, indiferencia y exclusión han hecho de El Ayllu un lugar donde ‘no vive nadie’, donde las voces son tan pocas que son pisadas, donde no existe agua potable ni alcantarillado, en donde no hay desagüe ni vías asfaltadas. Un pueblo consumido por sus propios recuerdos y el triste olvido. El retraso viene de la mano de quien se supone debería protegerlos: El Estado, que ignora por completo la existencia de las más de 600 familias que hoy viven en El Ayllu.
Décadas de abandono, indiferencia y exclusión han hecho de El Ayllu un lugar donde ‘no vive nadie’, donde las voces son tan pocas que son pisadas, donde no existe agua potable ni alcantarillado, en donde no hay desagüe ni vías asfaltadas. Un pueblo consumido por sus propios recuerdos y el triste olvido. El retraso viene de la mano de quien se supone debería protegerlos: El Estado, que ignora por completo la existencia de las más de 600 familias que hoy viven en El Ayllu.
Un completo informe sobre la angustia con la que viven nuestros hermanos de El Ayllu será publicado pronto en un nuevo medio de circulación regional y solo espero que sirva para que podamos reflexionar y conocer una realidad que busca ser cambiada y que debería ‘tocarnos’ a todos, al menos cuando estamos cerca de un nuevo Aniversario del Callao. Estemos atentos.
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