10 de diciembre de 2010

Los Nuevos Héroes Chalacos

Es tiempo de revalorar el Callao, 174 años de un pueblo independiente, un pueblo lleno de historias, de héroes, de grandes personalidades, de grandes acontecimientos políticos, sociales y culturales, de una historia que nos muestra que lo más importante está por venir. Nos acercamos con ilusión el inicio de una nueva decada (2011-2021 hacia el Bicentenario patrio), y para dar inicio a nuestra serie de festejos invitamos a nuestros lectores a participar con nosotros y a reflexionar sobre nuestros motivos de orgullo y celebración. La publicación de un nuevo libro que nos acerque a ver ese Callao que muchos no ven, pero que existe, ese Callao recursivo, alegre, competitivo y luchador ¿puede constituirse en motivo de orgullo?
Uno de los pasajes bíblicos que más me impresiona es aquel que cuenta cuando Jesús, en su búsqueda por nuevos discípulos, quiso ir a Galilea, y allí halló a Felipe, y le dijo: Sígueme. Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y Pedro. Luego Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado al verdadero Mesías: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret.
Natanael hizo esta curiosa pregunta. ¿De Nazaret puede salir algo bueno? Curiosa y agresiva pregunta que, en más de una ocasión la he escuchado, directamente, pero referida al Callao, tal cual aparece en la foto que ilustra este post (propuesta de la portada de mi primer libro).
Era la fuerza inexorable del prejuicio. Nadie podía creer -en ese entonces- que de un pueblito miserable de la Galilea pudiese salir el salvador. La actitud prejuiciada de Natanael me hace reflexionar. Aunque, salvando las distancias, me hace comparar también a Nazaret con el Callao. Un pueblo más lleno de prejuicios que de miserias.
15 histórias insólitas lo muestran, 15 héroes anonimos representan a miles de hombres y mujeres que luchan día a día, para hacer realidad sus sueños...
Nada resultaria más estimulante para mí, que lograr que usted espere impaciente leer las paginas de este libro con la misma emoción que he sentido yo al escribirlo...

17 de noviembre de 2010

Todo Cambia

Y es verdad, de pronto hay cosas que te cambian: una cara, un dialogo, una lectura; te transforman y transforman el entorno, y ya nada vuelve a ser igual. Muchos de estos cambios se pueden hallar en el conocimiento –o reconocimiento- de nuevas cosas que nos dan sentido y, por tanto, nos transforman: como oír una canción de los Bee Gees, entender los asombrosos misterios del amor o leer un artículo que nos estremezca hasta el alma.
Cambia el entorno, cambia el ambiente, cambia la vida, cambia la gente... Cambiamos nosotros…Todo Cambia.
Unas veces el cambio se presenta en forma subterránea pero estalla de modo brusco, abierto: grito en el cielo, grieta en la tierra, inundación en plena noche, lenguas de fuego asoman sorpresivamente.
Otros cambios se gestan imperceptiblemente. De una oscura manera, de un modo silencioso, sin estruendos ni avisos previos. Lo que no estaba viene y lo que estaba se va... Así es la vida.
No sé si la lectura de este blog cambiará algo en el lector, pero lo que sí sé es que disfrutará a fondo muchas cosas que se incluyen en él, como la radio, por ejemplo que, en un proceso de cambio, constantemente se renueva, se reinventa.
Definitivamente, han cambiado muchas cosas desde que apareció este blog. Y nos enorgullece saber que vamos cambiando juntos. Qué vamos creciendo, avanzando, luchando, confiando...
Gracias por eso.

7 de noviembre de 2010

Chalaco de Corazón

Este es otro video que recoge algunas imágenes del Callao. Está hecho de manera casera pero logra transmitir el mensaje deseado. La canción fué pensada para fortalecer el orgullo y el sentimiento de pertenencia de la juventud chalaca.
La letra es creación del administrador de este blog y la interpreta nuestro crédito chalaco: Licky Moreno y estamos seguros que pronto se convertirá en el himno de nuestros niños y jóvenes porteños. Sería bueno que alguna institución provincial o regional se interese por difundirla, así como los medios de comunición chalacos. Ya suena en nuestra RadioOnline y estamos en la busqueda del apoyo necesario para la realización de un videoclip oficial de este tema. A ver, que le parece a usted.

29 de octubre de 2010

Emocionado doy Gracias al Cielo

¿Cuántos saben que Don Oscar Avilés Arcos “La Primera Guitarra del Perú” nació, creció y se casó en el Callao? ¿Cuántos saben que la calle en donde nació (en el tradicional barrio de Zepita), lleva hoy su nombre?
¿Es que acaso, los chalacos, nos hemos olvidado de revalorar ‘lo nuestro’ y vestir el traje de orgullo que nos calza perfectamente, frente a ‘paisanos’ que nos representan tan bien como: Don Oscar Avilés?
Oscar Avilés, puede ufanarse de haber impuesto un estilo genuino, una escuela propia, una manera personal de hacer música peruana, más propiamente canción criolla.
Acompañó con su guitarra a memorables agrupaciones criollas y a la mismisima Chabuca Granda, pero, sin duda, uno de los dúos más importantes de nuestra música peruana, lo formó con Arturo “Zambo” Cavero, la mezcla de la guitarra, el cajón, la entrega, picardía y jarana de la buena, formaran parte, siempre, de nuestra historia criolla.
Ahora que recordamos la partida, hace un año, del buen “Zambo Cavero” y que nuestro gran Oscar Avilés ya cuenta con más de 85 años de vida, solo nos queda el consuelo de saber que ambos son -y serán por siempre- inmortales y que nadie como ellos para tocar las fibras más sensibles de nuestro corazón rojo y blanco. Sin duda, no puede haber criollismo verdadero sin ‘amor al Perú’. En ese sentido, quisiera compartir con ustedes, un video que reduce las palabras y nos abre el corazón:


¡Emocionado doy Gracias al Cielo ... por tremendos ejemplos!
Por su música, por su talento, por esa entrega al Perú y por supuesto por el recuerdo de tantas veladas juntos, arrancándonos risas, algarabías, suspiros y algunas lagrimas. Como las que derramo hoy lleno de nostalgias y henchido de orgullo.

Un Oscar para Don Oscar

Ahora que, en el Callao nos urge buenos referentes. Hombres y mujeres que con su ejemplo puedan servir de modelo a las nuevas generaciones, bueno es recordar que aún tenemos con vida a un chalaco de primera: Don Oscar Avilés.
Porfirio Vásquez, celebre representante de la música negra en el Perú, en 1963 lo definió diciendo: “Cantaron un Jarana, San Pedro dijo: ¿Quién es? Y el Padre eterno le responde: Ese es Oscar Avilés”
Ahora que ya se vive el Día de la Canción Criolla todos los chalacos debemos sentirnos orgullosos también de saber que uno de sus máximos exponentes, aún vive y es chalaco.
¡Viva el Perú! ¡Viva Nuestra Música Criolla! ¡Viva Don Oscar Avilés! ¡Viva el Callao!

24 de octubre de 2010

Todo Puede Reinventarse

En muchas ocasiones la creatividad no consiste en buscar qué contar sino en cómo contarlo. En cómo lograr que una historia o tema, por insignificante que parezca, logre sorprendernos. En ese sentido, hoy tropecé con un spot que me ha parecido impecable e ilustrativo de lo que quiero decir:



¿Cuántas veces hemos visto la situación del marido cornudo, el amante en el ropero y la esposa circunspecta en la cama? Muchas, demasiadas veces. Sin embargo, un canal francés nos da toda una lección: quizá todo está inventado pero todo puede reinventarse...
Sin duda, un buen spot y un gran mensaje final:
Never underestimate the power of a great story (Nunca subestimes el poder de una gran historia)
Tremenda lección para los comunicadores (periodistas, guionistas, publicistas y porque no, para todos)

14 de octubre de 2010

¿Y Ahora Qué?

Los Chalacos de verdad amamos el Callao y le deseamos lo mejor. Lo queremos grande, bonito, limpio, moderno, seguro, accesible; amamos nuestra ciudad, no hay dudas de eso. Pero ¿Se lo demostramos?
Al dejar salir a nuestros hijos y quedarnos con el corazón en la boca, al sentir que se nos eriza la piel sólo de pensar que en cualquier momento ‘esa pared’ se cae, al apretar el paso si estamos en una calle desierta o al aferrarnos a nuestras pertenencias cuando pasamos por algún grupo de 'mocosos'…nos damos cuenta que nuestro tan querido e histórico Callao no es sino todo lo contrario del lugar en el que queremos (y debemos) vivir.
Y ahora que empezamos el 2011 con nuevas autoridades, promesas de cambios y algunas buenas propuestas, no hacemos otra cosa que soñar con qué en el Callao todo cambiará, con qué tales promesas se vuelvan realidad.
Liderar y mejorar la seguridad ciudadana, nueva infraestructura deportiva, más hospitales, mejores escuelas, modernidad urbana, más obras, más trabajo, apoyo a la niñez, a la juventud, etc, etc, etc...
Por supuesto las tareas que tienen nuestras próximas autoridades son muchas, y sin duda difíciles; lo malo es que probablemente no puedan cumplir ni con la mitad de lo prometido (por ineficiencia, por falta de organización, por intereses propios, por falta de visión o por lo que sea). No sería nada nuevo, ninguna sorpresa… ¿Qué haremos nosotros los ciudadanos entonces?, ¿llorar nuestra desilusión?, ¿patalear por la impotencia?, ¿salir a las calles y reclamar a gritos?, o quizá, simplemente, te regale una rosa,…perdón, o quizá, simplemente, nada, aceptar que las cosas son así. ¿Así de simple?
¿Nada? Realmente, ¿nada se puede hacer? Desde aquí creemos qué aún hay cosas que podemos hacer y así contribuir a tener el Callao que todos deseamos. Por eso nos complace anunciar que está por nacer un nuevo proyecto que complementa nuestra visión del Callao y en el que a usted, seguramente, le interesará participar. Pronto daremos más detalles sobre el particular.

28 de septiembre de 2010

¿Cómo hacemos para integrarnos?

Es irónico que el proceso ciudadano por excelencia, el democrático, saque a la luz lo peor de muchos. El azul odia al amarillo, el amarillo al rojo y el rojo al azul…Los espacios para el dialogo y la exposición de ideas se dinamitan; los rechazos son, en la mayoría de los casos, automáticos y sin análisis; el hastío se exhibe y el desencanto aparece, mostrando una sociedad que dista mucho de tener voluntad de negociar, de evaluar alternativas y de discrepar en paz para levantar un mundo común para todos.
¿Cómo integrar una sociedad que busca de manera obsesiva crear barreras? ¿Hay espacios para el trabajo democrático pleno, que vaya más allá de solo marcar con un aspa en el recuadro de una hoja o en toda ella? ¿Es en realidad este el camino que elegimos para construir en el Callao? ¿Por fin, podemos ver un poquito más allá del 03 de octubre?
Uno de estos días, después de descalificar a todos los políticos (que muy poco hacen por no ser descalificados) tendremos que mirarnos en un espejo para evaluar nuestra disposición a respetar las discrepancias y a construir en la diversidad. Porque, si algo es evidente, a 174 años del inicio de nuestro proceso como pueblo autónomo, es que ya estamos muy lejos de ser todos iguales o tener posturas monolíticas. O negociamos y cedemos cuando sea necesario o no podremos dar un paso hacia alguna parte y seguiremos escupiendo al cielo, suponiendo que nunca seremos salpicados.
Educar en la diversidad y en la comprensión de los sentimientos de otros debería ser un punto esencial, porque hoy usamos, inexplicablemente, el arma de la democracia para destruir sus frutos.
En este escenario, defender nuestra verdad no es suficiente sino escuchamos, aceptamos y entendemos las verdades ajenas. Esto es ser comunidad. Ésa es la comunidad que buscamos y proponemos en este sitio.

21 de septiembre de 2010

Un Nuevo Día

Escribo desde un estado de combinación anímica extrañísima. Desde la tristeza y la euforia. Una especie de polaridad que me impulsa a expresarme desde lo más profundo de mí ser.
Estimados amigos, lectores no amigos, curiosos y todos los que pasen por este sitio, sino vengo asiduamente a navegar por estos lares es porque atravesé la orilla y me dije que solo debía escribir en un registro más personal.
Han sucedido hechos de los que cuando sea anciano, les contaré a mis nietos, si acaso los tengo, sobre cómo pasamos en familia, años de angustia y dolor, cómo una enfermedad puede trastocar toda nuestras vidas, cómo la gracia se va develando en medio de heridas internas y pesares, cómo se conquistan nuevos espacios de amistad, cómo se olvidan los rencores y los reproches. Cómo gozamos y lloramos también.
¿Nuevas generaciones serán capaces de acabar con los males del alma?, que son los peores de todos los males porque obstruyen las posibilidades de forjar un país sólidamente fuerte, que rechaza ser nido de gente enferma. No soy alguien que aspire conquistar posiciones o posesiones. Soy alguien como cualquiera de ustedes. Quizá la edad influye en movilizarme más en la mirada introspectiva y panorámica de uno mismo. Quizá también influye la espiritualidad desarrollada desde que era un pequeño observador y al que mi madre decía: “hey hijo, mira todo a tu alrededor y no aceptes separar a Dios de lo que nos pasa”.
Hoy es 21 de Setiembre, Día Mundial del Alzheimer, una fecha que pasará inadvertida para muchísimas personas en el mundo entero y sin embargo, será un día muy sensible para millones de hogares alrededor del planeta. Y en un puntito, infinitamente pequeño, en ese escenario global, me encuentro yo y mis recuentos. Hace unos años atrás le diagnosticaron el mal de Alzheimer a mi madre, una enfermedad degenerativa, progresiva e incurable de la que ya me he ocupado en otros post.
Según la ciencia médica y todo su imperio de revelaciones, mi madre ya debería entrar en su última fase; sin poder hablar, sin saber amar, sin recuerdos, sin memoria, sin esa luz que encendió su vida y la nuestra durante tantos años. Hoy, que la vida nos sigue regalando el privilegio de tenerla aún con nosotros y, a pesar de que el mal ya ha arrasado con la mayoría de sus recuerdos, puedo decir que no todo es tan malo dentro de lo malo, que hemos logrado vencer los más desastrozos pronósticos y puedo también, repetir aquello de “más vale encender una vela que maldecir la oscuridad”.
Gracias Mamá, por enseñarme a ver la vida desde un ángulo diferente, por tantos años de amor compartido. Gracias Señor, por no separarte nunca de ella ni de nosotros.

11 de septiembre de 2010

¡Fuerza Carlitos!

Hay temas sobre los que resulta complicado escribir. Escribir, por ejemplo, sobre nuestras desgracias personales. Sobre la muerte de algún ser querido o  sobre las fatalidades inesperadas. Un poco de todo eso, es de lo que hoy me toca escribir. Y me refiero, específicamente, a un caso que tiene nombre y apellido: Carlitos Arana.
Conocí a Carlos Arana sobre un escenario, como la mayoría de sus amigos creo. Hace más de dos décadas atrás, en Ventanilla tuve mi primer encuentro personal con el teatro y por ende con ‘Carlitos’ (como le decimos todos de cariño). Participábamos de la Opera Rock: ‘Jesucristo Superstar’. Recuerdo que quedé impresionado porque mientras que a mí, -literalmente- me ‘temblaban las piernas’ después de cada escena, él dominaba el escenario de manera más que sorprendente.
Bailarín, coreógrafo, artista, instructor de aeróbicos, buena persona y mejor amigo. Carlitos Arana pelea por su vida desde el 15 de agosto, cuando tuvo que ser hospitalizado de emergencia, en el hospital Carrión del Callao, tras desvanecerse a causa de un terrible accidente de tránsito que le ha marcado la vida a él, a todos sus familiares y a muchos de quienes lo conocemos.
Un lamentable suceso que nos hace entender que la vida no es nada más que una frágil llama encendida en un candelero que en cualquier momento, vientos inesperados pueden apagarla o simplemente cambiar nuestros destinos y el de nuestros seres queridos por siempre.
Frente a las montañas de cosas que se dicen sobre este caso (la mayoría pesimistas) mi primera reacción es de pasmo y miedo. Miedo ante la posibilidad inmediata de que el desenlace sea fatal y todo lo que eso conlleva. Pasmo ante la imposibilidad de hacer algo verdaderamente valioso por él, por su familia, por la amistad…más allá del clásico: ‘lo siento mucho’.
Se dirá, por supuesto, que nadie ‘tiene la vida comprada’, que nadie sabe lo que nos depara ‘el destino’ o que es nuestro deber, ‘como buenos cristianos’, saber aceptar ‘la voluntad de Dios’ y tal vez, tengan razón. Pero probar un consuelo tan simple y común como ese, no mejora en nada el ánimo con el que escribo este post.
Hoy, a casi 30 dias del lamentable suceso que aún mantiene a Carlos Arana en estado inconsciente, solo nos resta mantener la calma y elevar nuestras oraciones para que la fuerza divina nos de esas señales luminosas con las que muchas veces nos sorprende y, al fin suceda en Carlitos, el milagro de volver a verlo, sobre el escenario de la vida, con la misma vitalidad de siempre.
Así sea.

3 de septiembre de 2010

¡Nace una nueva prensa Chalaca!


En un acto de heroísmo, de temeridad, o quién sabe si de ambas cosas, Tulio Alexsis Chávez Toro aparece con un nuevo proyecto bajo el brazo. Aunque más que un proyecto, ya es toda una realidad. Se trata, nada más y nada menos, que de ¡Un diario para El Callao!
El pasado 26 de agosto circuló por primera vez “Prensa Chalaca”, que por lo pronto puede presumir de estar haciendo una gran inversión, -no solo económica sino además de confianza- en estos tiempos de zozobra e incredulidad. “Este diario tiene la intención de llegar a lugares olvidados donde otros medios no llegan” afirma Carlos León Ugarte, editor general de “Prensa Chalaca”.Aunque este nuevo medio chalaco es un producto del mismo Grupo de Comunicaciones que edita –desde hace 12 años-, la Revista Así de Ventanilla, su director Tulio Alexsis Chávez Toro, no desea que este sea relacionado directamente con ella, pues anhela posicionarse como un nuevo medio totalmente independiente, con una oferta informativa novedosa y un tratamiento periodístico diferente. De allí que la intencionalidad de este nuevo diario sea darle mayor relevancia a la noticia del ámbito vecinal, buscando con ello un espacio en el cual los lectores se atrevan a denunciar lo que pasa en sus barrios y su cuidad.
“Prensa Chalaca” sale de lunes a viernes, cuenta con un diseño moderno y bien estructurado, cuesta 0.50 céntimos y aparece con portada a full color.
Tal vez le falta definir un poco mejor sus contenidos y ‘jalarse’ un par de colaboradores de ‘peso’, pero vayamos poco a poco, que recién van por su segunda semana.
Así qué, Bienvenidos, Felicitaciones y Muchos Éxitos.
Pd.- Lo que si nos resulta extraño es saber que al interior del gremio periodistico en el Callao, desde la aparición de "Prensa Chalaca", se vienen reportando diversos casos de males cardíacos, hepáticos y hasta renales. ¿Qué raro, no?

1 de septiembre de 2010

La Primera Comunidad Online del Callao


Dentro de poco lanzaremos oficialmente nuestro lugar en la web. La Primera y Única Comunidad Online del Callao. Hasta ahora, hemos compartido muchas inquietudes y vicisitudes en nuestra etapa de ‘prueba’. Nos sigue sobrecogiendo la buena respuesta de quienes nos ven, nos leen, nos oyen y nos escriben. Hoy queremos agradecerles todas las muestras de cariño y afecto que hemos recibido de parte de ustedes y queremos retribuirlas con una seria propuesta interactiva que no tiene porque ser “muy técnica” ni “aburrida”.
Creemos que una propuesta participativa es buena cuando se sustenta en la identidad de un pueblo, cuando se apoya en sus puntos fuertes, cuando es pertinente para la vida de aquellos para los que está dirigido, cuando es coherente, cuando es simple y cuando genera espacios de participación.
Por eso CHALACOS es una puerta abierta, una galería, una sala de espera, un bar, un museo,... al cual todos pueden entrar y acomodarse como mejor le parezca, conversar, compartir y conocer experiencias.
Crear un portal web, como el que pronto presentaremos, no es fácil, se necesita dinero para hacerlo, pero principalmente tiempo para dedicarse a él. Nuestras motivaciones no son económicas, pero no nos vendría nada mal el auspicio de alguna empresa o institución cultural. Pero, sobre todo, necesitamos gente dispuesta a llenar las paredes y los rincones vacios de este nuevo espacio.
Esperamos crear una comunidad activa, propositiva y lograr que CHALACOS, un espacio que pretende ser ‘Muchos más que una web!, se convierta en un agradable recorrido por lo mejor del Callao y de los buenos Chalacos.
Muchas Gracias y estemos atentos.

20 de agosto de 2010

¡Feliz Aniversario Callao!

Hay varias formas de conocer El Callao. La más sencilla es hacer un recorrido por sus innumerables calles, plazas, parques, monumentos históricos, playas y atractivos. Pero eso, en verdad, es solamente un conocimiento aparente, superficial, una revisión territorial de su espacio y lugar. El Callao es otra cosa. O mejor dicho son muchas cosas más.
Por un lado, casi nunca cumplida por nuestros ‘representantes’ -aunque parezca increíble-, es tener una noción clara de su origen y naturaleza como ciudad, como Provincia Constitucional. ¿Cómo se formó? y ¿bajo qué circunstancias? Es decir, haber analizado desde sus inicios, su proceso histórico.
Por otro lado, el menos explorado, aunque en verdad, el más importante, es saber que, el Callao es su gente. Y cuando digo esto, no me estoy refiriendo a cifras, números o a los escuetos datos que se consignan en el Registro Civil, el Reniec o el Jurado Nacional de Elecciones. Me refiero esencialmente a esa masa de hombres, mujeres, jóvenes y niños chalacos que forman parte de este recipiente multiétnico, en donde confluyen todas las sangres de nuestra sociedad y en el que el sentimiento de pertenencia cada vez se hace más fuerte. El Callao es la suma de todos los chalacos.
Hay algo en la conjunción de ese Callao y de sus hijos, de sus sueños y esperanzas, que hoy llena mi alma como en un día de fiesta. ¡Feliz 174º Aniversario Callao!

13 de agosto de 2010

A propósito de un nuevo Aniversario



Los periodistas corremos el riesgo de creer que sólo las ‘autoridades’ tienen algo que decir y que sólo es importante lo que ellos hacen o piensan. Tanto es así que únicamente prestamos atención a las declaraciones de algunos “personajes”, condenando al silencio la voz de miles de mudos, de aquellos que no tienen posibilidad de ofrecer a los demás su propia palabra.
El Callao, que se prepara a celebrar 174º años de Autonomía Política, es conocido por miles y miles de personas. Tal vez millones, pero pocos han tenido la ocasión de confrontar directa y personalmente sus misterios, sus contrastes y paradojas. Esta semana decidí hacerlo.
Sentí el 'bichito' de la vocación, cogí mi chaleco, una mochila y me interné en una extensa zona agrícola denominada El Ayllu. Un pueblo jóven ubicado exactamente a espaldas del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, y me llevé tamaña sorpresa. Progreso y retroceso juntos.
La realidad de El Ayllu impacta. Es un pueblo chalaco aferrado a sus raíces y que se resisten a desaparecer a pesar de que sufren la peor de las postergaciones y su condición actual es la de: 'erradicables'. Un insólito acuerdo entre el Estado y la empresa administradora del aeropuerto Lima Airport Partners (LAP), planean construir en esa zona la segunda pista de aterrizaje, concretando allí su plan de 'modernización y progreso' dizque 'para el beneficio de todos los peruanos'.
El Ayllu tiene una mistica especial y es que a pesar de estar inmersa en la 'modernización' del Callao tiene toda la esencia de un pueblito de provincia. Si su presente y futuro son inciertos, su pasado, al menos, resulta muy claro: son descendientes de los trabajadores de 'San Agustín' una de las haciendas que al igual que, Márquez, Bocanegra, Taboada, Santa Rosa y Oquendo, se dedicaban al cultivo de caña de azúcar, maíz y algodón hasta los inicios del siglo XX.
Décadas de abandono, indiferencia y exclusión han hecho de El Ayllu un lugar donde ‘no vive nadie’, donde las voces son tan pocas que son pisadas, donde no existe agua potable ni alcantarillado, en donde no hay desagüe ni vías asfaltadas. Un pueblo consumido por sus propios recuerdos y el triste olvido. El retraso viene de la mano de quien se supone debería protegerlos: El Estado, que ignora por completo la existencia de las más de 600 familias que hoy viven en El Ayllu.
Un completo informe sobre la angustia con la que viven nuestros hermanos de El Ayllu será publicado pronto en un nuevo medio de circulación regional y solo espero que sirva para que podamos reflexionar y conocer una realidad que busca ser cambiada y que debería ‘tocarnos’ a todos, al menos cuando estamos cerca de un nuevo Aniversario del Callao. Estemos atentos.

10 de agosto de 2010

El Circus de los Candidatus




Imaginemos que se inventa la máquina para leer la mente ajena, y resulta de pronto posible conocer las motivaciones y los deseos más íntimos de alguien que ‘nos palabrea’ desde un pulpito o desde un estrado. La política cambiaria radicalmente y los políticos –en especial los candidatos- tendrían que reducir a cero la distancia que han tenido entre lo que dicen y lo que en realidad persiguen.
Más de 600 mil chalacos concurrirán este 03 de octubre a participar en los comicios regionales y municipales, para elegir entre los más de 1,000 candidatos que pugnan por ocupar el sillón de regidores, consejeros, alcaldes o presidente regional.
Actores, salseros, peloteros, comerciantes y otros ‘personajes’, absolutamente desconocidos -sin oficio ni beneficio-, se empeñan diariamente, con uñas y dientes, por obtener un lugar, si no en la historia del Callao, al menos en las oficinas de alguno de sus municipios o del gobierno regional.
¿Qué hay detrás del tan mentado afán por servir a la comunidad? Difícil de saber, aunque siempre hay pistas o maneras de intuir hacia a donde apuntan ciertos candidatos. Sobre todo cuando se ve que a última hora a más de uno le da lo mismo estar en una lista o en otra, y terminan cambiando de camiseta como si nada hubiera pasado. O cuando se ve que listas completas llegan a inscribirse sin reunir los mínimos requisitos básicos estipulados por ley. O cuando un ‘perfecto conocido’ aparece como candidato en un distrito que, todos sabemos, no es el suyo.
No se ha inventado aún la máquina para leer la mente ajena, pero, como digo, siempre hay pistas, hay indicios y en muchos casos evidencias directas de lo que muchos persiguen. Al respecto, nunca pierde vigencia esa famosa sentencia bíblica por la cual a las personas se les conoce por sus frutos. Entonces habría que desconfiar, en primer lugar, de quienes nunca han hecho nada por su distrito y sus vecinos, o los que lo hacen con gran despliegue publicitario y solo en época electoral. O peor aún, de los que nunca han vivido en el lugar al que postulan.
Parece imposible –por lo menos en estos últimos días- desmontar el circo, del oportunismo, de la improvisación y del afán de lucro que se manifiesta cada día con más notoriedad y alejarlo de algo tan importante y decisivo como es la elección democrática de nuestras autoridades. El espectáculo, por otro lado, anima diversos grados de ánimo. A veces da pena -mucha pena-, otras veces genera risa y por lo general carcajadas (como todo buen circo).
Pero no hay que olvidar que toda regla tiene excepciones y que nunca se debe generalizar. Separemos entonces la paja del buen trigo y tengamos bien presente que las personas que salgan elegidas tendrán en sus manos la posibilidad – que muchos han desperdiciado- de cambiar el rostro de su barrio o comunidad o de buscar el desarrollo de su zona y la del Callao en general.

20 de julio de 2010

¡Somos libres...seámoslo siempre!

" Somos libres, seámoslo siempre, y antes niegue sus luces el sol, que faltemos al voto solemne, que la patria el Eterno elevó..." Hincho el pecho y con la mano en el corazón entono el coro de nuestro himno nacional y hoy, que estamos a puertas de celebrar un nuevo aniversario patrio, reflexiono sobre nuestra libertad. ¿Somos libres? ¿Libres?...¿Para qué?.
Somos libres para renegar y maldecir por todo aquello que no nos parece bien. Somos libres para levantar nuestra voz de protesta y el dedo acusador (desde la comodidad de nuestro hogar u oficina). Somos libres para elegir y para aceptar o desistir de ser elegido. Somos libres para tirar la primera piedra…y la segunda y la tercera (Y esconder la mano). Somos libres para hacer proselitismo y gritar arengas por el candidato que mejor nos parezca (o convenga). Somos libres para el inconformismo y las rabietas. Somos libres para el desanimo, el pesimismo, la depresión y la pereza.
Somos libres para pregonar nuestras ideas y hasta para desacreditar la de los demás. Somos libres para desearle el mal a nuestros gobernantes. Somos libres para desinformar, para confundir y hasta para mentir deliberadamente. Somos libres para olvidarnos constantemente de nuestros deberes (pero tener –siempre- bien presente nuestros derechos). Somos libres para negar la existencia de Dios apelando al simple argumento de que Él no permitiría tantas desgracias y miserias. Somos libres para exigir, para ser quisquillosos, para ser meticulosos y hasta ridículos en nuestras posturas. Somos libres para ser mezquinos, intolerantes y agresivos.
Somos libres para educar a nuestros hijos como mejor nos plazca (aunque sepamos que con nuestro ejemplo lo maleducamos). Somos libres para ensuciar las calles, pasarnos la luz roja, llegar siempre tarde a nuestros compromisos y hasta para ‘coimear’ a nuestras autoridades. Somos libres para ser presos de la dureza de corazón, de los recelos para entregar afectos. Somos libres para la insensibilidad, la falta de solidaridad y la indiferencia. Somos libres para ser rencorosos o vengativos. Libres para faltar a nuestra propia palabra y olvidarnos de nuestras promesas. Somos libres para maltratar a nuestros padres, deshonrarlos y hasta para humillarlos. Somos libres para gastar más de lo que ganamos, comprar más de lo que necesitamos y endeudarnos más de lo que podemos pagar.
Pero también somos libres para admirar el talento, alentar la creatividad y respetar a los demás. También somos libres para reconocer las buenas obras, los buenos tratos y la disposición de servicio. Somos libres para ser agradecidos con aquellos que se esmeran por atendernos bien y satisfacer nuestras necesidades. Somos libres para destacar y admirar a cientos de bomberos, rescatistas y voluntarios a la hora de una desgracia o accidente. Somos libres para emprender esfuerzos, grandes o pequeños, o para sumarnos y aportar al esfuerzo de otros. Somos libres para abrazar el buen humor, el positivismo y hasta para reírnos de nosotros mismos.
También somos libres para exigirnos menos informalidad, para comprometernos con nuestros deberes y para la responsabilidad ciudadana. Somos libres de reconocer que en medio de tanta indiferencia, siempre hay uno (a veces más), que hacen la diferencia. Somos libres de derramar lágrimas ante el dolor y la muerte. Somos libres para atuar en favor del más necesitado. Libres para agradecerle a Dios de que estemos vivos y que nuestros familiares aún nos acompañen. Somos libres para tratar cada día de ser mejores personas. Libres para darle a nuestros hijos y seres queridos mayor calidad (y calidez), de tiempo. Somos libres para amar y dejarnos amar. Libres para perdonar y olvidar las ofensas. Libres para corregir nuestros propios errores y para impedir que otros los cometan.
Felizmente, somos libres para liberarnos de aquello que nos hace esclavo de nuestra soberbia: La ignorancia.
"Largo tiempo el peruano oprimido, la ominosa cadena arrastró; condenado a una cruel servidumbre largo tiempo, largo tiempo, largo tiempo en silencio gimió..."
¡Felices Fiestas Patrias!

20 de febrero de 2010

Marcas Invisibles


Hace unos días sufrí un accidente dentro de un taxi en el Callao. Por suerte nada grave: contusiones leves, algunos rasguños y un tremendo susto.
Tras algunos minutos de trayecto y mientras ojeaba el periódico del día, el taxista (que llevaba gorra y lentes oscuros) desvió la ruta habitual que siempre tomo para llegar a mi oficina. Al percatarme, me asusté, me invadió el miedo y reaccione mal. Me exasperé. Exigí que detuviera el auto mientras hacía vanos esfuerzos por desabrocharme el cinturón de seguridad y lograr abrir la puerta.
Me pareció un intento de asalto. Un desvío calculado para encontrarse con otros sujetos y despojarme de mis pertenencias. Nada fue así. Todo no fue más que una equivocación de mi parte. El taxista, a quien recién pude mirar a los ojos, después del incidente, era un hombre bastante mayor, de unos 60 ó 65 años de edad aproximadamente. Un hombre muy sereno y tolerante, a quien –aún sin recordar su nombre- agradezco sinceramente por haber estado siempre dispuesto a calmar y entender mi confusión.
Tal vez usted no logre entender mi proceder, tal vez le haya causado gracia esta historia o simplemente le resulte fantasiosa y hasta puede que exagerada. Lo cierto es que fue real, me ocurrió hace unos días y más bien, le aseguro, que omito varios detalles más del suceso para no convertirlo en una telenovela.
Incidentes como este hacen pensar, y ahora que han pasado algunos días del hecho he tenido tiempo para organizar un poco mis ideas. Una de las cosas que surgen cuando pasa algo como esto, suele ser evaluar el resultado: si fue grave o no, si dejó consecuencias o no, si quedarán marcas en alguna parte de nuestro cuerpo, etc. Y, en segundo lugar, el resultado se compara con 1) lo peor que podría haber sido, y 2) lo grave que es en comparación con la situación de otras personas.
Cuando uno ve que otras personas están en peores situaciones o condiciones, uno pone su problema en perspectiva menor y relativiza. Por lo tanto con estos pensamientos en mente y con los comentarios de mi entorno en la misma línea, me pase una buena cantidad de horas racionalizando el tema.
Pero aún así, pasé unas noches sin poder dormir bien, sintiendo una mezcla de sensaciones raras, mucha angustia y montañas rusas de emociones durante el día. ¿Por qué? ¿De dónde venían?
Hace unos años atrás. Unos 8 o tal vez 10 años atrás sufrí un asalto, un secuestro y robo dentro de un taxi. ¿La modalidad? El conductor desvío la ruta con engaños y se estacionó en un lugar de donde tres sujetos armados y violentos abordaron el vehículo. Me golpearon, me vendaron los ojos y me hicieron creer que ese sería el último día de mi vida. Es indescriptible el miedo que experimenté durante las dos horas que estuvieron atacándome física y psicológicamente. Ore, lloré, y suplique por mi vida durante ¡dos horas! Finalmente, me soltaron, me dejaron solo, maltrecho, ensangrentado, sin zapatos y sin dinero en un descampado sucio y abandonado de Los Olivos. El resto ya es otra historia.
El viernes por la mañana, a poco de despertarme, lo entendí –fue el miedo, el recuerdo de lo vivido lo que activo el gatillo- Ese fragmento de segundo donde sentí que todo volvía atrás y que mi vida dependía de mi permanencia en aquel auto.
Luego del susto, de la confusión y de la posterior evaluación de mi proceder en el Callao. Me quede pensando, en cuanto de todo lo que hemos vivido se nos queda dentro. Aquello que nos marca, tal vez, para siempre. Son heridas psicológicas que están presentes todos los días pero que no se ven. Nadie las ve, pero allí están. Y que, además, sin saberlo, intentamos ignorar o desaparecer.
Parece que entender esta herida interna y aceptarla me ha dado paz, más tranquilidad. No es porque una cosa no se vea que no exista. Y tengo la impresión que minimizar o poner en segundo plano las heridas o marcas que no se ven, no es emocionalmente sano. Es mucho mejor, entender y aceptar para luego compartir y seguir adelante.
Anoche dormí mejor.

5 de febrero de 2010

Felizmente Soy Chalaco

Este video recoge algunas imagenes del Callao. La canción fué pensada y creada, precisamente, para El Callao, para fortalecer el orgullo y el sentimiento de pertenencia de la juventud chalaca. Es propiedad de www.chalacos.com.pe , la interpreta Licky Moreno y estamos seguros que pronto se convertirá en el himno de nuestros niños y jóvenes porteños. Ya suena en nuestra radioOnline y hay una propuesta interesante para la realización de un videoclip oficial de este tema. Dele Click en Play y disfrutelo!!!

26 de enero de 2010

Alex Kouri, Félix Moreno y Yo


Hace unos días, en horas muy tempranas Alex Kouri, Félix Moreno y yo llegamos a Ventanilla casi al mismo tiempo, ellos llegaban a entregar nuevos títulos de propiedad en Pachacutec y yo llegaba a visitar a mi madre (algo cansado por no haber dormido bien el día anterior y por los 55 minutos del viaje). Lo bueno de no ser una autoridad pública es que puedes caminar por las calles y pasar desapercibido entre la multitud. Ellos no. Por eso, realmente, me siento bendecido, soy un afortunado.
El 16 de Enero se cumplieron 22 años desde que mi madre, mis hermanos y yo llegamos por primera vez a Ventanilla, me sigue sorprendiendo mucho la velocidad con la que pasan los años, sobre todo, cuando uno mira por el espejo retrovisor de la vida. Cuanto trayecto se queda atrás.
Alex Kouri y Félix Moreno se han ido y yo me he quedado aquí, caminando con mi madre por algunas de las principales calles de esta ciudad, saludando vecinos, amigos y conocidos. Mientras levanto la mano para saludar a alguien más, escucho las historias de mamá y voy pensando en tantos y tantos momentos que he vivido aquí desde que llegamos aquella tarde de 1988.
Aquí conocí el hambre, el frio, el dolor y la miseria. Pero también descubrí que dentro de esa realidad se puede sonreír. Aquí conocí el primer beso, el primer amor y con la primera trasnochada llegó el primer cigarrillo, la primera cerveza y los dolores de cabeza. Luego llegaron las decepciones, los desamores, las lágrimas a oscuras y las heridas del alma. Aquí descubrí el valor de la amistad, disfruté de largas caminatas playeras escalando cerros, explorando cuevas y cuidando mochilas. (Nunca aprendí a nadar)
Ventanilla es un distrito grande pero pequeño a la vez. Tiene la particularidad de ir creciendo de a pocos, como nosotros.
Cuando me mudé hace tres años a San Miguel, tuve un proceso de adaptación como el que tuve cuando salí de San Miguel al Callao, llegué como el que siempre estuvo allí, y además como el que nunca salió de ningún lado. Como la gente que saliendo y entrando de los lugares pareciera que siempre estuvieran allí. Como la gente que pertenece a todos los lugares que decide querer.
Yo amo a Ventanilla. Quiero a San Miguel y me he enamorado del Callao.
Este último se ha metido en mi vida entre sueños, desafíos y el mar. Sueños de familia, desafíos personales, retos sociales... y el mar, poderoso caballero, siendo mudo testigo de todo. Y me ha encandilado y sin darme cuenta me veo retratando sus atardeceres en La Punta, hundiendo con mis pies las piedras mojadas de sus playas y saboreando la maravillosa brisa de su historia.
Mientras escribo estas líneas escucho las olas, que me recuerdan que ellas, así como yo, han llegado de otros mares, van y vienen con la misma intensidad de un sitio a otro, pero allá donde van llegan con tanta fuerza que pareciera que siempre han estado allí.
Hoy camino por Ventanilla y me siento así como cuando llegué, como cuando empecé a crecer, como el que siempre ha estado aquí, así como esas olas que bañan mi vista ahora, aquellas que vienen y se van pero siempre están allí.